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Educación al Paciente > Obesidad
Obesidad

La obesidad es la enfermedad en la cual las reservas naturales de energía, almacenadas en el tejido adiposo de los humanos, se incrementa hasta un punto donde está asociado con ciertas condiciones de salud o un incremento de la mortalidad.
Está caracterizada por un índice de masa corporal o IMC aumentado (mayor o igual a 30%). Forma parte del síndrome metabólico. Es un factor de riesgo conocido para enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión arterial y algunas formas de cáncer.
La evidencia sugiere que se trata de una enfermedad con origen multifactorial: genético, ambiental, psicológico entre otros. Se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, con hipertrofia general del tejido adiposo.
Es una enfermedad crónica originada por muchas causas y con numerosas complicaciones, la obesidad se caracteriza por el exceso de grasa en el organismo y se presenta cuando el índice de masa corporal en el adulto es mayor de 30 kg/m² según la OMS (Organización Mundial para la Salud).
La obesidad no distingue color de piel, edad, nivel socioeconómico, sexo o situación geográfica.
Anteriormente se consideraba a la persona con sobrepeso como una persona que gozaba de buena salud. Sin embargo, ahora se sabe que la obesidad tiene múltiples consecuencias negativas en salud. Actualmente se acepta que la obesidad es factor causal de otras enfermedades, como son los  padecimientos cardiovasculares, dermatológicos, gastrointestinales, diabéticos, osteoarticulares, etc.
El primer paso para saber si existe obesidad o no, es conocer el índice de masa corporal (IMC), lo que se obtiene haciendo un cálculo entre la estatura y el peso del individuo, con éste elevado al cuadrado. Actualmente las basculas ya están diseñadas para obtener el IMC.
Aunque la obesidad es una condición clínica individual, se ha convertido en un serio problema de salud pública que va en aumento. Se ha visto que el peso corporal excesivo, predispone para varias enfermedades, particularmente de tipo cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño y osteoartritis.

Entonces, ¿qué deberías hacer para controlar tu peso?

Estar sano significa tener el peso adecuado para ti. Para averiguar si tu peso es saludable o si necesitas adelgazar o engordar, lo mejor es consultarlo con un médico o un nutriólogo. Ellos pueden comparar tu peso con las pautas saludables y ayudarte a fijar metas realistas. Si resulta que adelgazar te beneficiará, puedes empezar siguiendo algunas sencillas recomendaciones.
El control de peso se consigue a largo plazo. La gente que pierde peso de forma rápida mediante dietas de choque u otras medidas drásticas, suele recuperar todas los kilos que perdió (y, a menudo, más) puesto que no cambió sus hábitos de manera permanente. Por lo tanto, el mejor plan para controlar el peso, es aquél que puedes mantener de por vida. ¡Eso es mucho tiempo, así que intentaremos que estas recomendaciones sean lo más sencillas posible!

Vigila lo que bebes.

Es increíble la cantidad de calorías extra que pueden contener las bebidas carbonatadas, los jugos y otras bebidas que tomas a diario. Con solo prescindir de una lata de gaseosa o evitar las bebidas deportivas, podrás reducir la ingesta diaria de calorías en 150 calorías o más. Bebe agua u otras bebidas sin azúcar para saciar la sed y evita los jugos y las bebidas con gas azucaradas. También es buena idea comenzar a tomar leche descremada en lugar de leche entera.

Empieza con pequeños cambios.

Es más fácil ser perseverante con los cambios pequeños que con los drásticos. Intenta reducir el tamaño de las porciones que comes y no tomes bebidas carbonatadas durante una semana. Una vez conseguido eso, empieza a introducir en tu vida alimentos más sanos y ejercicio de forma gradual.

Deja de comer cuando estés lleno.

Muchas personas comen por costumbre cuando están aburridas, solas o estresadas o siguen comiendo incluso después de sentirse llenas. Trata de prestar atención cuando comes y deja de comer cuando estés lleno. Comer más despacio ayuda, porque el cerebro tarda 20 minutos en darse cuenta de la cantidad de comida que hay en el estómago. A veces, hacer una pausa antes de repetir, puede evitar que comas otra ración.
Evita comer cuando estés enojado o aburrido; intentahacer otra cosa (un paseo de unas cuantas cuadras o ir al gimnasio. Son buenas alternativas). Mucha gente descubre que es útil escribir un diario de lo que comen y cuándo. Revisar el diario más tarde, puede ayudarles a identificar las emociones que sienten cuando comen demasiado o si tienen costumbres poco saludables. Tu médico o un dietista experimentado puede darte algunos consejos prácticos sobre cómo hacerlo.

Come menos, pero más a menudo.

Mucha gente se ha dado cuenta de que comer un par de snacks a lo largo del día les ayuda a elegir comidas más saludables. Una barra de granola baja en calorías o un trozo de fruta en la mochila, para que puedas comerlos durante el día.

Evita las dietas pasajeras

Nunca es buena idea cambiar comidas por batidos o eliminar un grupo particular de alimentos para adelgazar; todos necesitamos comer alimentos variados para mantenernos sanos. Evita las dietas pasajeras, porque todavía estás creciendo y necesitas asegurarte de recibir los nutrientes adecuados. Evita las pastillas dietéticas (incluso las que se venden sin receta médica o las que son a base de hierbas). Pueden ser peligrosas para tu salud; además, no hay pruebas de que ayuden a mantener bajo el peso en el largo plazo.
No prescindas de determinados alimentos. No te digas que no volverás a comer tu helado favorito de chocolate y mantequilla de maní, o una bolsa de papas fritas de la máquina expendedora de la escuela. Prohibirte estas comidas hará que las desees incluso más. Tampoco elimines completamente las grasas: para estar sano necesitas algo de grasa en tu dieta. Así que renunciar para siempre a todas las comidas grasas, tampoco es una buena idea. La clave del éxito a largo plazo, es elegir alimentos sanos la mayor parte del tiempo. Si quieres un pedazo de pastel en una fiesta, ¡cómetelo! Pero, más tarde, para compensar, mordisquea zanahorias en lugar de papas fritas.